Mi hijo se chupaba el dedo desde que tenía meses de edad, yo deje que esto siguiera pasando porque lo veía tierno, con los años se lucho para que lo deje pero no podíamos, con los años, esto le afecto en sus dientes y se hizo un tratamiento con la odontóloga a la edad de 5 años, un fierro que bloqueaba la entrada del dedo, sin molestar para su comida, duró un año y le mejoró bastante sus dientes, y vimos como el dedo ya dejó de chuparselo, mi hijo tiene 7 años y hace unos 4 meses nos percatamos que se comía las uñas, le hemos hablado para que no lo haga, pero lo continua haciendo que debo hacer.
Respuesta:
La conducta que describe se denomina Onicofagia, tiene múltiples causales, pero por lo que cita de la succión del dedo que se mantuvo hasta los 5 años y que fue tratado por un odontólogo con la estrategia descripta, lo que se logro es eliminar la forma en que se canalizaba el comportamiento de fondo, pero su estructura interna en la parte psíquica y personológica lo que encontró fue un recurso de desviar la conducta, este tipo de situación hay que trabajarla de fondo y no de forma, como es multicausal y se estructuro en la etapa formativa de la personalidad del niño, hay que hacer una terapia familiar para entender para te la responsabilidad compartida que tenemos todos los padres en la construcción de la personalidad de nuestros hijos.
Como la gratificación oral es un pilar fundamental de formación de nuestra estructura de personalidad asi también sirve para manifestar en lo largo de nuestro desarrollo los acuerdos y desacuerdos internos y externos que cada ser humano posee, si el mordisquear o comerse las uñas cada vez se intensifica y va comprometiendo la interrelación entre los padres e hijos y también con su entorno escolar y social en general hay que trabajar la situación de fondo y con urgencia; si solo se presenta como un evento circunstancial que sirve para expresar niveles de ansiedad o estrés, se tiene que evitar señalar solo la actitud de comerse las uñas y hay que buscar el elemento que detona el comportamiento, así el niño va tomando de manera consciente el control de sus actos, es algo que puede servir incluso para mejorar estrategias en casa y con los padres, al cambiar formas de expresión o relacionarse dentro del hogar se puede observar la disminución o el incremento de la conducta que se está señalando.
El preguntarse: ¿para que le sirve al niño comerse o morderse las uñas? Y ¿para que le sirve a la familia que el niño se coma las uñas? Va a generar reflexiones, si no sirviera para nada no se lo haría, eso va a generar que se revisen las respuestas a las preguntas, las diferentes respuestas se pueden suponer desde cada uno de los padres, pero este espacio de dialogo que genera la aclaración de las respuestas va a movilizar el fondo que es lo que el niño esta manifestando al comerse las uñas, si es solo el hecho de sentir seguridad y esa es la alternativa que su personalidad encontró, pues hay que empezar a construir un espacio de aprendizaje en que el niño tenga mas alternativas para sentirse seguro, afirmarse y aprender a aliviar ansiedad y estrés que no sea de esa manera, métodos rígidos como el que se utilizo para “aparentemente extinguir la conducta de chuparse el dedo”, tiene efectos secundarios, todo en la vida es causa y efecto a la vez, cabe indicar que en esta situación si el malestar que se genera por la conducta manifiesta del niño persiste y se incrementa hay que acudir a consulta familiar directa y especializada, no se tiene que generalizar en ningún caso, por la salud integral biopsicosocial del niño y la familia.
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Autor: Gino Escobar Tobar
Contacto con el Autor:
Email: ginokevi@yahoo.com
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