Solo se puede ser consciente
de ser o no infiel, pero evitar que nos sean infieles es extremadamente
complejo y hasta soberbio. La construcción de una relación de pareja es de dos,
la intensidad que le pone cada uno y la forma que se tiene para seducir y
conquistar a la persona amada, es un elemento fundamental para evitar se
desarrollen fisuras en la relación, pero por mas ganas y excelentes habilidades
seductoras que tengamos, también depende de cada persona el querer construir
una relación.
Los miedos, prejuicios y
creencias que cada ser humano carga como parte de su herencia social, influyen
mucho en dejar fisuras por donde se puede filtrar lo que conocemos como
infidelidad, para algunos la infidelidad es el fin de la relación, para otros
es la alarma indicadora de algo que está funcionando de la manera correcta en la
relación, la forma como se lo perciba depende de cómo lo pensemos, y por
añadidura como queremos sentirnos, si frente a lo que se llama infidelidad nos
sentimos víctimas, eso seremos, repartir culpa no es un buen aliado en la
prevención de la infidelidad.
La mejor forma de
cultivar una relación de pareja es que cada uno aporte con lo que es y decida
subordinar su YO a un NOSOTROS
más grande que hace de la relación una construcción en la que dos seres humanos
se comprometen y deciden juntos mejorarse día a día con el amor como aliado,
estar dispuestos a ayudarnos mutuamente a superar los mitos sobre las
atracciones y tentaciones extra-maritales, al final cada ser humano es el que
decide que hacer y cuando hacer lo que le dé la gana con su vida, lo que
procuramos es la toma de conciencia sobre nuestros actos y cómo influye la
responsabilidad de lo que decidimos en la relación que queremos construir. Si
existe una manera de ser fiel, está en cada ser humano, y es una decisión
personal más que una obligación social.
Autor: Gino Escobar
Tobar
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