En la
relación de pareja se suman dos formas de pensar, sentir y actuar, de ahí que
la revisión de lo que es el placer de vivir puede tener más de un punto de
vista, lo que para una persona es placentera a otra le puede resultar no serlo,
un ejemplo muy común es la práctica del sexo oral en los actos sexuales de las
parejas, en las que no a todas y a todos les da placer el hacerlo y si lo hacen
es por satisfacer a la otra persona.
Con el
ejemplo anterior podemos ya reflexionar sobre lo que a cada uno le genera
placer y si ¿Estamos dispuestos a aprender juntos a disfrutar nuestros placeres?
El ser humano es biopsicosocial y espiritual, el armonizar-nos de manera íntegra
hace que las situaciones placenteras sean mayores, así el placer sexual
fisiológico no puede verse sometido a caprichos excluyentes de cosas o
situaciones que por no conocerlas las rechazamos, tampoco se trata de que hagan
algo que sea desconocido y que genere displacer o dolor, el equilibrio y saber
invitar a su pareja a descubrir juntos los placeres de compartir es algo que
mantiene viva la llama del afecto entre ambos, las aparentes diferencias en
cuanto a creencias o ideológicas no es algo que tenga que invitar a la
discordia, reconocer que lo que creemos es una parte de la realidad y que al
estar coconstruyendo una relación compartida implica darnos la oportunidad de
aprender y entender nuevas formas de pensar, amar nuestras diferencias, eso les da una gran oportunidad
para que sea placentera la convivencia integral en la relación de pareja.
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Autor: Gino Escobar
Tobar
Contacto con el Autor:
Email: ginokevi@yahoo.com
Twitter: https://twitter.com/GINOBUDISTA
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