Habría que empezar definiendo: ¿Qué es un “mal” hombre? ¿Qué es para
nosotros una “mala” o buena persona?. Después de las múltiples
respuestas cabe diferenciar si lo que definimos como “malo” o “bueno” es al ser
humano o sus actitudes, sugiero que por amor a nosotros mismos y a la humanidad
centremos nuestras críticas a las actitudes, de esa forma sostenemos el
criterio de que el ser humano es bueno en esencia y son sus actitudes
manifiestas las que suelen definirlo como “mala” persona, así nosotros no nos
esquivamos de tener algunas actitudes que a los demás les parezcan no
agradables y que a veces nos lleva a elegir personas no adec uadas para
relaciones que esperamos sean adecuadas.
Se cree de manera popular que
cuando se elige pareja esto se basa en los patrones familiares, algo de razón
se tiene, se suele repetir las historia familiares de selección y a veces
cuando se pretende cambiar la historia que vivieron sus padres desde la
negación de los hechos sin darse cuanta se eligen personas que traen consigo
conductas que nos dan indicadores de que vamos a pasar malos ratos, pero la
características personales rígidas hacen que no veamos, escuchemos o sintamos
lo que estando ahí se hace no visible a nuestras percepciones. Esto se sucede
por la falta de consciencia en la forma de selección de las parejas, sucede en
ellos y en ellas, la selección de pareja se hace más sencilla a medida que la
autoestima personal este mas regulada y sus niveles de creencias no se centre
en miedo o culpa, al ser el amor propio el que ayude en la selección de pareja
los rasgos de la persona a elegir no serán aquellos sujetos a formatos rígidos.
Hay u hecho que resulta interesante en las relaciones de pareja, que la gran mayoría
trae historias familiares de relación disfuncionales pero que se justifican
desde la visión de hijas o hijos, recomiendo cuestionar las actitudes y así no
se hieren los sentimientos de las personas, creer que nosotros vamos a cambiar
a las personas es algo que permite que enreden con personas que las hacen pasar
muy malos ratos. Lo que nos toca entender es que todas las personas cambian,
pero lo hacen en su tiempo, medida y no como y cuando nosotros quisiéramos.
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Autor: Gino Escobar Tobar
Contacto con el Autor:
Email: ginokevi@yahoo.com
Twitter: https://twitter.com/GINOBUDISTA
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