La relación que se construye en pareja es
para sentirnos mejor que lo sentíamos cuando estábamos solteros, al menos esa es la
idea.
En la gran mayoría de las relaciones al
iniciarla solo permitimos mostrar lo que aparentemente es agradable, como para
cautivar y no alejar a la persona que decimos amar, esto no es hipocresía, es
más bien una costumbre social, la realidad es que todos los seres humanos
tenemos comportamientos, ideas y creencias que suelen chocar con las de la otra
persona, cuando se está en etapa de enamoramiento se suele tolerar un poco lo
que denominamos defectos, pero con el paso del tiempo empezamos a señalar y
remarcar lo que nos parece inadecuado o desagradable desde nuestro punto de
vista, esto causa una serie de conflictos en cada persona, dependiendo del
grado de poder otorgado a la otra persona.
Regularmente el que alguien marque los
defectos más que las virtudes es un síntoma para que la pareja busque ayuda
profesional y los asesoren, pretender tener la razón y machacar a la otra
persona que decimos amar, es parte de la impotencia que genera el miedo a
afrontar nuestra propia realidad, lo que se hace en estos casos es no tomar lo
que dice el otro a título personal y si hay que descalificar se hace la censura del acto no de la persona, ej: eres torpe!, eso es como lo
dicen, lo que hay que decir es: lo que hiciste fue una torpeza, así se deja
intacto al ser humano con la capacidad de aprender, ¡si se quiere!.
No hay una causa exacta del porque se
suele descalificar o denigrar, por
ende no hay una receta exacta, todo depende de cada pareja, lo que si hay que
apostar es al amor, a mayor amor propio y de pareja, menor violencia, amar no
es permitir, amar es educar con la sabiduría y paciencia que este sentimiento
genera, no es el otro el que nos debe respeto, somos nosotros los que nos lo
ganamos o lo perdemos.
AUTOR: Gino Escobar Tobar
Contacto con el Autor:
Email: ginokevi@yahoo.com
Twitter: https://twitter.com/GINOBUDISTA
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